Ampliar las redes de carril bici de las ciudades europeas ayudaría a elevar el uso de la bicicleta como medio de transporte hasta en el 24 por ciento de los desplazamientos, lo que tendría un impacto en la salud, la contaminación y los accidentes de tráfico, según un estudio del ISGlobal, que se publica en Preventive Medicine.